Yo elegí alimentarme de historias y verdades, elegí la sabiduría mínima pero sabiduría al fin. Opté por llenarme hasta el hartazgo de conocimientos, escuchando a algunos hablar sin emitir palabra. Vi a tantos actuar de tales formas diferentes y hasta contradictorias con lo que suponían comentar que se me hace difícil 'seguirlos' pero no hago alianzas con el fracaso por eso sigo escuchando atentamente.
Elijo escuchar sin opinar, aunque en algunos casos se vuelve una lucha constante mantener mi mente callada (parapetando mis ideas). Despierta siempre, pero en silencio cuesta...
Elijo, también, creer o no en la cosas que oigo a diario. Elijo con respecto a mis razonamientos.
Elijo, por el momento, llegar hasta acá y seguir con lo mío hasta nuevo aviso...
(vuelvo a concentrarme en el inevitable parloteo de mi señora profesora en comunicación social)