lunes, 20 de octubre de 2008

Post Datum



Recibí tu carta
y vaya agradable sorpresa.
No perdiste la magia:
la forma que tiene tu escritura de cautivarme.
Seguís tan dulce y agresivo,
tan irónico y misterioso,
tan vos.
Admiro tu valor,
enfrentás la distancia y la soledad.
Yo he de ser débil
y por eso te estoy extrañando así:
a mares de lágrimas,
a hogueras, a castigo racial.
Acá la desdicha es puntual,
el éxito sigue adverso.
Y sí, ya que lo mencionás,
debo reconocer que cruzar
el bosque y llegar al lago
no es lo mismo sin tu presencia.
Los árboles siguen de pie,
el agua se ve tan clara y pura
como cuando juntos la elogiámos,
pero falta algo entre mis dedos,
en mi mano y en mi pecho.
Sin embargo, el mes pasó velozmente.
La ansiedad toma partido
y logra controlarme.
No controla mi quiebre emocional,
sólo la demencia.
Siempre he sido extraña, desigual.
Me contenta el saber que tu presente
es favorable,
y tu futuro refleja beatitud.

Atte: Melanie.

Postdata: Estas fueron todas mis palabras, no espero respuesta. No quiero tu presencia en mi futuro, te amoldé a mi pasado, yacerás en mi memoria. He aquí mi desigualdad: a diferencia de otras personas, logro contradecirme en un mismo papel las veces que sea necesario para que a fin de cuentas la cobardía se vuelva protagonista en mis Postdatas.