miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sinceramente

No tengo amigas, no tengo amigos.
Solo personas que no conozco demasiado,
pero lo suficiente como para no llamarlos "extraños".
Me acostumbro a casi todo,
por culpa de eso no puedo afirmar casi nada.
Excepto que odio lo que odio y amo el amor.

No confió en nadie, nunca.
Miento si digo que confío.
Miento, más de lo que me gustaría.
Miento por miedo y por vergüenza.

Quiero a algunas personas y quiero a muchas cosas.
Amo.
Extraño mucho, hasta las lágrimas.
Lloro a escondidas y a escondidas de mí.
Soy débil y fuerte, pero en proporciones mal repartidas.

No me gusta compartir el último pedacito de algo.
No puedo ser hipócrita tanto como no puedo dejar de ser orgullosa.
Mi orgullo se termina cuando amo. Afirmé.

Me gusta escribir y escuchar, pero más observar.
Pienso que no sé qué quiero pero sí sé lo que no quiero.
Odio a Andrés Calamaro, pero no puedo afirmar casi nada.

Extraño a mi padre y a mi niñez.
Extraño a mi padre y a mi inocencia.
Extraño a mi padre y a mi adolescencia.
Extraño a la gente que se va y no vuelve,
y más aún si no lo eligieron.

Me gusta mi presente,
no tanto como mi pasado
pero es consecuencia.
Quiero ser grande y dividirme.
Ayudarme y ayudar.
Ser quien pienso ser
y quien construyo cada día.
Creo que voy a morirme sabiendo
que sé muy poco,
y esperando de mi vida algo más...