miércoles, 2 de abril de 2008

casi perdida

Ahora es cuando empiezo a necesitar eso. Ahora, más que antes, necesito silencio. Con el encierro no me alcanza, no me basta. Necesito la conciencia silenciosa, la mente en blanco. En blanco o en negro, da igual, pero sin firuletes.

Bueno, a decir verdad, cuando logro todo esto tampoco me parece suficiente. Logro el silencio, logro la soledad, la paz. Logro eso y me digo: -Bien, aquí estamos.. vos y yo, yo y vos y nadie más...- y de nada me sirve. Sólo por un instante obtengo el relax antes deseado, pero sólo por un instante. Después tanto se vuelve nada.

Y ahí es donde quiero... escucharte. Poco, pero escucharte. Un diálogo corto y conciso, pero palabras al fin. En ese momento siento mi plenitud.

Ahora, necesito todo eso de vuelta. Sentirme plena y después volver a todo lo demás. Necesito todo eso pero ahora no estás más, no estás porque lo hablamos. No estás porque no tenés que estar y yo no tengo que necesitarte. Porque es así y así será...

Así será el día que lo logre, el día en que logre sacarte de mí, cual espina, cual astilla, cual dolor. ¿Cuándo? bueno, eso es algo que me pregunto. Lo estoy intentando. Dame tiempo...