sábado, 19 de julio de 2008

maría desilusiones

Voy a contar un cuento de príncipes y dragones.
De carruajes,
peinetas,
palacios,
banquetes.
En este cuento no faltarán cielos estrellados,
bailes super poblados,
festivales de alegría.
Quiero contar este cuento que duró una noche.
Quiero, y no puedo.
Perdí la imaginación en algún pozo ciego de mi adolescencia.

Entre tantas cosas perdidas, se encuentra la ilusión.
Esa que me hizo creer en los superheroes,
en los valientes,
en los inmortales.

Nunca creí en los superpoderes,
en la magia o en la guerra.
Lo mio siempre pasó por el sentirme protegida,
segura en la resolución de problemas.
Sin trucos, con fe.

Mucho de esto se desvaneció al comprender
que fue todo un truco.
Cuando somos niños nos mienten demasiado.

Hoy dejo, solo un poco,
mi infantil mujer de lado.
Para adentrarme en este presente,
donde los dragones devoran,
los príncipes azules tienen un gran tinte oscuro,
y donde la alegría se basa en ser valiente.