sábado, 18 de diciembre de 2010

Un sol de julio

El sol,
sin permiso,
porque no lo necesita,
se adentra en mi habitación.
Invade mi ser.
Me baña.

Este sol que calienta mis piernas,
mi espalda,
mi cuerpo desnudo,
me sumerge,
me envuelve,
me lleva al sueño.
Con un tinte mágico e irreal,
mis sueños se muestran suaves.

Sin embargo, la realidad es,
como muy pocas veces sucede,
aún mejor...


En el cielo no hay nubes que opaquen su brillo.
No hay sombras que manchen mi piel desnuda.
No hay frío ni miedo.

Pero el sol se fue, como todas las cosas placenteras.

Tengo esa humana seguridad que va a volver,
con su fuerza y su calor,
y sus rayos bañarán,
toda mi piel desnuda.

lunes, 26 de julio de 2010

Entre líneas

De todos los modos existentes para ser,
opté por el más extraño.
De todas las formas de pensar,
elegí la más complicada.
De las variantes maneras de sentir,
preferí la más inestable.
De las muchas opciones de vivir la vida,
manejo la más rebuscada.
De las complejas percepciones de mi alrededor,
me quedo con ser atenta y racional.
Del cómo expresar y canalizar amarguras y alegrías,
son infinitas líneas la respuesta.
Estas líneas que se llenan
de lo mucho y poco que necesito decir.
Siendo mis verdades, entre líneas,
lo que le voy dejando al mundo...

miércoles, 23 de junio de 2010

Un silencio




















Relajando el ceño.
Logrando esclarecer la mirada
para poder ver,
de un mejor modo,
como este viento
hace y deshace...

Empapada en rayos de luz.
Agradecida de ser lo que siento.
Llenándome de silencio
en medio del bullicio humano.
Disfrutando el cantar animal.

Creando con palabras
un momento indestructible.

Esperando del mundo
un poco de espacio.
Dejando que el tiempo
se apiade de mí.
Pensando la forma
de escribir tantas cosas.
Cuestiones adversas que guardo
en mis silencios.

lunes, 17 de mayo de 2010


Confío en que mis ojos
destruyas su ceguera,
y de mis labios solo fluyan
palabras suaves y seguras.

Poder ser aún más fuerte
que la fuerza del impulso.
Ganarle al odio.
Vaciarme de soledad.

Ser esa flor que plantaste
algún día en tu jardín,
que siempre fue capullo
por miedo a florecer.

Y hoy no es más que ayer,
solo es diferente,
y con eso tengo suficiente
para dejarte ir y no insistir.