sábado, 18 de diciembre de 2010

Un sol de julio

El sol,
sin permiso,
porque no lo necesita,
se adentra en mi habitación.
Invade mi ser.
Me baña.

Este sol que calienta mis piernas,
mi espalda,
mi cuerpo desnudo,
me sumerge,
me envuelve,
me lleva al sueño.
Con un tinte mágico e irreal,
mis sueños se muestran suaves.

Sin embargo, la realidad es,
como muy pocas veces sucede,
aún mejor...


En el cielo no hay nubes que opaquen su brillo.
No hay sombras que manchen mi piel desnuda.
No hay frío ni miedo.

Pero el sol se fue, como todas las cosas placenteras.

Tengo esa humana seguridad que va a volver,
con su fuerza y su calor,
y sus rayos bañarán,
toda mi piel desnuda.

2 comentarios:

Ave dijo...

ja .. me preguntaste qué buscaba
es más difícil de responder que "qué te gusta más, el fernet o la birra?"


si bien no soy un gran amigo del verso, debo decir que la enumeración de la segunda estrofa, aunque parezca quizá elemental, me hizo sentir lo mismo
loco, eh

Anónimo dijo...

Meli, como lo prometido es deuda, me hice el tiempo necesario y leí algunos de tus últimos poemas. Me encantaron.
Tengo que decirte que me hiciste atravesar un abanico de sensaciones para las que no estaba preparado. Me deleitaste con tu manera de transmitir lo que hay en tu cabeza, pasando por versos muy apasionados, y emocionándome con otros, y en algún caso, te juro, que hasta se me plantó un lagrimón :')
En fin. Te felicito por tu trabajo, y me disculpo por no haberle dedicado un momento para leerlo antes.
Tu compañero y, por qué no, tu amigo también,
Fran