No tengo amigas, no tengo amigos.
Solo personas que no conozco demasiado,
pero lo suficiente como para no llamarlos "extraños".
Me acostumbro a casi todo,
por culpa de eso no puedo afirmar casi nada.
Excepto que odio lo que odio y amo el amor.
No confió en nadie, nunca.
Miento si digo que confío.
Miento, más de lo que me gustaría.
Miento por miedo y por vergüenza.
Quiero a algunas personas y quiero a muchas cosas.
Amo.
Extraño mucho, hasta las lágrimas.
Lloro a escondidas y a escondidas de mí.
Soy débil y fuerte, pero en proporciones mal repartidas.
No me gusta compartir el último pedacito de algo.
No puedo ser hipócrita tanto como no puedo dejar de ser orgullosa.
Mi orgullo se termina cuando amo. Afirmé.
Me gusta escribir y escuchar, pero más observar.
Pienso que no sé qué quiero pero sí sé lo que no quiero.
Odio a Andrés Calamaro, pero no puedo afirmar casi nada.
Extraño a mi padre y a mi niñez.
Extraño a mi padre y a mi inocencia.
Extraño a mi padre y a mi adolescencia.
Extraño a la gente que se va y no vuelve,
y más aún si no lo eligieron.
Me gusta mi presente,
no tanto como mi pasado
pero es consecuencia.
Quiero ser grande y dividirme.
Ayudarme y ayudar.
Ser quien pienso ser
y quien construyo cada día.
Creo que voy a morirme sabiendo
que sé muy poco,
y esperando de mi vida algo más...
miércoles, 18 de noviembre de 2009
martes, 15 de septiembre de 2009
culpa
lunes, 3 de agosto de 2009
De pasiones vanas
Silencio,
en las noches frías
pasan cosas obsenas.
Pasiones.
Llamas que iluminan,
acarician y penetran.
Hay vida en tu mirada.
Más si tu corazón
sigue galopando.
No te detengas,
mis oídos se deleitan con el golpe.
Cruda noche,
sucio amanecer que envenena.
Desgranan las estrellas.
No lastimen la belleza natural
de las cosas naturales.
Silencio nuevamente,
los objetos tenues susurran.
La luz tenue de la noche roja.
El calor de una mano
y dos bocas que se funden.
en las noches frías
pasan cosas obsenas.
Pasiones.
Llamas que iluminan,
acarician y penetran.
Hay vida en tu mirada.
Más si tu corazón
sigue galopando.
No te detengas,
mis oídos se deleitan con el golpe.
Cruda noche,
sucio amanecer que envenena.
Desgranan las estrellas.
No lastimen la belleza natural
de las cosas naturales.
Silencio nuevamente,
los objetos tenues susurran.
La luz tenue de la noche roja.
El calor de una mano
y dos bocas que se funden.
martes, 26 de mayo de 2009
Un cuerpo
Veo el par de piernas más débiles
y bajo cada una de ellas
un pie que les da firmeza con fuerza involuntaria.
Un pecho lleno de aire.
Un estómago anudado.
Un cuello siendo el sostén
de una cabeza plenamente desequilibrada.
Contenedora del cerebro peor ordenado.
Dos brazos que flaquean.
Una cara con ojos perdidos.
Una nariz que apunta al piso.
Una boca semi abierta y
una lengua que humedece
los labios más salados.
No veo a una mujer,
tampoco a una niña.
Veo un cuerpo sin alma, transparente.
Pero siendo su exterior,
su mismísimo interior.
Veo mi reflejo en el espejo.
sábado, 14 de febrero de 2009
Desde lejos o desde muy cerca
Te escribo llorando, perdón, la palabra PADRE ahora me duele.
Necesito escribirte porque el viento no quiere escucharme
y se niega a llevarte mis sonidos.
En cambio, este papel disfruta el desliz
de la tinta que lo moja.
Voy a escribirte para contarte que sencillamente te extraño.
Más que a cualquier otra cosa en el mundo.
Será que nunca perdí nada de tanto valor,
aunque tampoco sé medir el valor de nada.
Pero esto es mucho más que todo y nada.
Te escribo a vos, como vos le escribías a tu padre.
Nunca entendí por qué lo hacías.
Ahora estoy en tus zapatos.
Cierro los ojos y recuerdo y lloro, consecuentemente.
Es algo inevitable.
Y mis lágrimas son tan solo el reflejo del dolor...
El dolor de haber perdido al padre con quien compartí
todo mis días. Desde lejos o desde muy cerca,
pero siempre estabas ahí.
Y yo indiferente, tan estúpida.
El padre que me enseñó tanto y tan poco.
El padre con más aciertos y más errores que ninguno,
pero sobre todo (y si me escucharas llorarías conmigo)
quien más amor me dio.
Amor verdadero.
El padre de tres hijos que siempre lo juzgaron,
que para discutir estaban primeros,
pero en los abrazos, últimos.
Siempre avergonzándome
y hoy tengo el orgullo quemandome en el pecho
por ser tu hija y vos mi padre.
Tarde, siempre es tarde.
El padre que al fin y al cabo luchó tanto
por nosotros que el corazón le dijo basta,
y lo devastó.
En todo y en cada detalle te invoco
y así voy dándome cuenta que estuviste
en todas las escenas de mi vida.
Desde lejos o desde muy cerca.
Necesito escribirte porque el viento no quiere escucharme
y se niega a llevarte mis sonidos.
En cambio, este papel disfruta el desliz
de la tinta que lo moja.
Voy a escribirte para contarte que sencillamente te extraño.
Más que a cualquier otra cosa en el mundo.
Será que nunca perdí nada de tanto valor,
aunque tampoco sé medir el valor de nada.
Pero esto es mucho más que todo y nada.
Te escribo a vos, como vos le escribías a tu padre.
Nunca entendí por qué lo hacías.
Ahora estoy en tus zapatos.
Cierro los ojos y recuerdo y lloro, consecuentemente.
Es algo inevitable.
Y mis lágrimas son tan solo el reflejo del dolor...
El dolor de haber perdido al padre con quien compartí
todo mis días. Desde lejos o desde muy cerca,
pero siempre estabas ahí.
Y yo indiferente, tan estúpida.
El padre que me enseñó tanto y tan poco.
El padre con más aciertos y más errores que ninguno,
pero sobre todo (y si me escucharas llorarías conmigo)
quien más amor me dio.
Amor verdadero.
El padre de tres hijos que siempre lo juzgaron,
que para discutir estaban primeros,
pero en los abrazos, últimos.
Siempre avergonzándome
y hoy tengo el orgullo quemandome en el pecho
por ser tu hija y vos mi padre.
Tarde, siempre es tarde.
El padre que al fin y al cabo luchó tanto
por nosotros que el corazón le dijo basta,
y lo devastó.
Ya no estás fisicamente, pero la esencia perdura.
Mi memoria está más activa que nunca.
En todo y en cada detalle te invoco
y así voy dándome cuenta que estuviste
en todas las escenas de mi vida.
Desde lejos o desde muy cerca.
miércoles, 14 de enero de 2009
La que fui
soy viento y soy aire
soy brisa y huracán
soy lo que me dan
los aspectos naturales
soy mar y soy río
soy gota y vapor
soy todo lo que soy
porque ya no respiro
soy muerte y soy vida
soy tiempo y lugar
soy lo que sin dudar
toda la gente olvida
soy tierra y soy semilla
soy árbol y raíz
soy lo que el otoño
enterró bajo una astilla
soy fuego y soy llama
soy humo y ceniza
soy en fín la noticia
de una muerte inesperada
soy brisa y huracán
soy lo que me dan
los aspectos naturales
soy mar y soy río
soy gota y vapor
soy todo lo que soy
porque ya no respiro
soy muerte y soy vida
soy tiempo y lugar
soy lo que sin dudar
toda la gente olvida
soy tierra y soy semilla
soy árbol y raíz
soy lo que el otoño
enterró bajo una astilla
soy fuego y soy llama
soy humo y ceniza
soy en fín la noticia
de una muerte inesperada
martes, 6 de enero de 2009
No entiendo
Intento explicarme a mi misma
un poco de lo que no entiendo,
solo por si acaso
se me ocurriera aceptar.
Explicarme que el vacío
es parte del momento,
que el dolor que siento
es neta realidad.
Que la lágrima que aguanto,
la que cae sin consuelo,
es parte del velo
con que la muerte te atrapa.
Que el sosiego que consigo
está en mi fuerza abstracta,
que la parte que me falta
se llenó de debilidad.
Que la cuestión es injusta
y no existe el culpable,
que el altruismo deseable
es la opción acertada.
Y entre tanta pavada
me explico que solo alcanza
una felicidad corta
para una tristeza que avanza.
Mientras, la vida se jacta
de ser "la gran positiva"
y yo que no entiendo,
pero aparento estar viva.
Intento explicarme y no entiendo.
O entiendo y no acepto.
O acepto que entiendo
más de lo que no acepto.
un poco de lo que no entiendo,
solo por si acaso
se me ocurriera aceptar.
Explicarme que el vacío
es parte del momento,
que el dolor que siento
es neta realidad.
Que la lágrima que aguanto,
la que cae sin consuelo,
es parte del velo
con que la muerte te atrapa.
Que el sosiego que consigo
está en mi fuerza abstracta,
que la parte que me falta
se llenó de debilidad.
Que la cuestión es injusta
y no existe el culpable,
que el altruismo deseable
es la opción acertada.
Y entre tanta pavada
me explico que solo alcanza
una felicidad corta
para una tristeza que avanza.
Mientras, la vida se jacta
de ser "la gran positiva"
y yo que no entiendo,
pero aparento estar viva.
Intento explicarme y no entiendo.
O entiendo y no acepto.
O acepto que entiendo
más de lo que no acepto.
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