viernes, 29 de julio de 2011

Uno a la par



La sapiencia del destino
nos cruzó en el mismo camino.
En veredas paralelas,
en vidas adyacentes,
y sin embargo...
ese encuentro de miradas.

Supliqué tu atención
en mi silencio impaciente,
y en ese punto de encuentro:
mi redención.

¿Cómo no caer en tu magia
si en ella precipité mi desconcierto?

Los más perfectos minutos
de los millones que llevo vividos.
Ese eterno estrecho tiempo
donde fuimos uno a la par...

Porque hubo en tu mirar
todas las palabras que ya no escucho.
Y perdón por mi actitud:
soy distante cuando necesito abrigo.

Esto es todo lo que te escribo,
si ya no nos hace falta hablar.
Sola, en mi vida, voy a esperar
que el destino nos vuelva a juntar.

Sos quien nunca conocí.
Soy quien jamás conocerás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo...